domingo, 30 de junio de 2013

Los sofistas

La palabra sofista, fue en principio sinónima se sabio, pero el término se le aplica a los sofistas con un matiz peyorativo, como queriendo señalar a una persona de "hábil engañador" o "falso y petulante sabio". Originariamente se utilizó como sinónimo de "sabio", es decir, persona experta en alguna actividad teórica o práctica. Posteriormente, en el siglo de Pericles, en la llamada ilustración griega, se usó para designar los profesionales del saber y su enseñanza. Actualmente la imagen que tenemos de sofistas es difícilmente separable de las distorsiones interpretativas que de ellos hizo Platón en sus diálogos.

En general eran extranjeros (metecos), muy cultos y conocedores, a través de sus muchos viajes, de las diversas formas de pensar y vivir del resto de los griegos. Al ser metecos no podían intervenir directamente en política, aunque eran ellos los que formaron a la mayoría de los políticos, enseñándoles el arte de la oratoria y la erística, tan importantes a la hora de convencer en la Asamblea y en los tribunales. Fueron grandes educadores, los primeros en emplear libros para impartir clases; muy criticados por el hecho de cobrar por ello. Tales críticas venían sobre todo de parte de los aristócratas, quienes tradicionalmente habían monopolizado el privilegio de la educación. Las clases más bajas permanecían, en general, en la ignorancia operando con unos conocimientos básicos que les permitían desarrollar su trabajo. Era de esperar que los aristócratas vieran en peligro su posición de poder al aparecer los sofistas, los cuales prestaban sus servicios pedagógicos a todos aquellos que pudieran pagarlos.

Fueron los sofistas los que provocaron el giro humanista en el pensamiento.


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